¿Sueñas con un baño moderno y funcional? Pasar de una bañera a un plato de ducha puede ser una excelente manera de transformar tu espacio de baño, haciéndolo más accesible, seguro y elegante. En este artículo completo, te guiaremos paso a paso por el proceso de cambiar bañera por plato de ducha, desde la planificación hasta la instalación final.

Ventajas de cambiar la bañera por un plato de ducha

1. Mayor espacio y amplitud

Al retirar la bañera y colocar un plato de ducha, ganarás una sensación de amplitud en tu baño. Esto es especialmente beneficioso si cuentas con un espacio reducido, ya que la ducha ocupa menos lugar y permite una mejor distribución de los elementos en el baño.

2. Accesibilidad y seguridad

Los platos de ducha son más seguros y accesibles que las bañeras, especialmente para personas mayores o con movilidad reducida. Al no tener que subir y bajar de la bañera, se reduce el riesgo de caídas y accidentes, convirtiendo el baño en un lugar más seguro para todos los miembros de la familia.

3. Facilidad de limpieza y mantenimiento

Los platos de ducha son mucho más fáciles de limpiar y mantener que las bañeras. Su superficie lisa y sin juntas facilita la eliminación de la suciedad y evita la acumulación de hongos y moho, lo que se traduce en un baño más higiénico y de fácil mantenimiento.

4. Ahorro de agua y energía

Las duchas suelen consumir menos agua que los baños en bañera, lo que se traduce en un ahorro económico a largo plazo y en un menor impacto ambiental. Además, al no tener que llenar la bañera, se reduce el consumo de energía asociado al calentamiento del agua, contribuyendo a la sostenibilidad de tu hogar.

5. Estilo moderno

Los platos de ducha pueden transformar instantáneamente el aspecto de tu baño, dándole un toque moderno y elegante.

¿Cómo llevamos a cabo el cambio?

Para cambiar la bañera por un plato de ducha, es importante contar con la ayuda de profesionales especializados en reformas de baños. Ellos se encargarán de todo el proceso, desde la retirada de la bañera hasta la instalación del nuevo plato de ducha, garantizando un resultado impecable y duradero.

1. Diseño y planificación

Lo primero que debes hacer es definir el diseño que deseas para tu nuevo baño y planificar la distribución de los elementos. Los profesionales te asesorarán en la elección del plato de ducha más adecuado, teniendo en cuenta el espacio disponible y tus necesidades particulares.

• Determina tus necesidades: ¿Qué tipo de plato de ducha necesitas? ¿Rectangular, cuadrado o personalizado? Considera el tamaño, la forma y el tipo de material.
• Elige el plato de ducha: Explora diferentes materiales como acrílico, piedra o cerámica. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes.
• Selecciona el desagüe: El desagüe adecuado garantizará un drenaje eficiente. Considera el tamaño, la forma y el acabado.

2. Retirada de la bañera

Una vez definido el diseño, se procederá a la retirada de la bañera. Este proceso puede implicar trabajos de albañilería, fontanería y electricidad, por lo que es fundamental contar con personal cualificado que garantice un trabajo seguro y eficiente. Proceso:

• Desconecta el suministro de agua a la bañera.
• Retira la mampara de la bañera.
• Utiliza una palanca o un destornillador para quitar los paneles laterales.
• Levanta cuidadosamente la bañera y sácala del hueco.

3. Instalación del plato de ducha

Una vez retirada la bañera, se procederá a la instalación del nuevo plato de ducha. Este paso incluye la nivelación del suelo, la colocación de desagües y la fijación del plato, asegurando que todo quede perfectamente sellado y listo para su uso.

Instala el desagüe

• Coloca el desagüe en el orificio de desagüe.
• Aplica una capa de silicona alrededor de la base del desagüe.
• Aprieta la brida del desagüe.

Coloca el plato de ducha

• Coloca el plato de ducha sobre el desagüe.
• Utiliza un nivel para asegurarte de que esté nivelado.
• Ajusta los pies del plato de ducha para que quede estable.

Sella las juntas

• Aplica una capa de silicona alrededor de los bordes del plato de ducha.
• Alisa la silicona con el dedo o una espátula.
• Retira el exceso de silicona.

Vuelve a conectar el suministro de agua

• Conecta las tuberías de agua al grifo y a la ducha.
• Abre el suministro de agua y comprueba si hay fugas.

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